El Credo de los Apóstoles contiene las reflexiones teológicas del primer siglo. Este credo toma como fundamento el mandato que Jesús dio a sus discípulos de evangelizar a todas las naciones.
En tiempos antiguos, cuando la mayoría de los Cristianos no sabía leer, la tradición oral de repetir el “Credo de los Apóstoles” junto con la oración del “Padre Nuestro” y otros elementos de la fe cristiana, ayudó a preservar y transmitir la fe de los nuevos creyentes. Ahora, más de dos mil años después, este Credo Apóstolico continúa siendo la base de nuestras creencias y una declaración firme de nuestra fe.
A manera de testimonio, nuestra tradición presbiteriana dentro de la IEP incluía en el orden de culto una serie de elementos que las iglesias de nuestra denominación hemos perdido en el día de hoy: Por ejemplo, una oración especial de interseción por los enfermos o miembros en situaciones difíciles; o también la oración de perdón de pecados, que es el reconocimiento que como seres humanos pecamos (consciente o inconscientemente) contra la creación, nuestro prójimo y aún contra Dios; la oración del Padre Nuestro y el Credo de los Apóstoles, que se enseñaba en la Escuela Dominical, para que desde niños aprediéramos los elementos fundamentales de la fe cristiana y finalmente, con mucha admiración y cariño, me acuerdo de la despedida pastoral que solía hacer uno de los fundadores de nuestra denominación en la IEP de Magdalena (el hermano Ignacio Zúñiga), quien al terminar un culto, alzaba sus manos ante toda la congregación y decía una oración especial de envío (como por ejemplo: "Nuestro gran Dios y Padre les acompañe en estos días y guarde sus pasos para vivir y dar testimonio de su fe en el mundo, hasta volvernos a encontrar").
Esa tradición en la IEP ya no existe. Sin embargo, hoy en día me pregunto si no sería importante rescatar algunos elementos de nuestra tradición presbiteriana (hoy olvidada), ante el surgimiento de tantas doctrinas falsas, iglesias que viven una fe fingida (G12, por ejemplo) y una membresía que no está acostumbrada a profundizar en el conocimiento de la Palabra. Esta es una inquietud que desearía puedan meditar cada uno y una de ustedes.
Les comparto el Credo de los Apóstoles: A los que vivieron en la IEP de los años 50 y 60 estoy seguro que les será familiar. Para las nuevas generaciones, les invito a conocerlo y encotrar un resumen de la fe cristiana en su contenido.
En el amor de Cristo,
Ps. Eduardo Arboccó
Presidente del Presbiterio LNE
Período 2007 - 2009
Creo en Dios Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra;
Y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro,
quien fue concebido por el Espíritu Santo,
nació de la virgen María;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos;
ascendió al cielo y está sentado
a la diestra de Dios Padre Todopoderoso,
de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Universal, la comunión de los santos,
el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo,
y la vida perdurable. Amén.